Juventud y conversión
Santa Clara, también conocida como Clara de Asís, es una de las figuras más significativas del cristianismo medieval. Nacida en 1193 en Asís (Umbría), Clara Favarone di Offreduccio procedía de una familia noble. Sin embargo, su vida dio un giro radical cuando, inspirada por la predicación de San Francisco de Asís, decidió abandonar los privilegios y la riqueza para abrazar una vida de pobreza y servicio a Dios.
El punto de inflexión en la vida de Clara se produjo cuando, siendo aún muy joven, escuchó por primera vez las palabras de Francisco de Asís. Este encuentro marcó profundamente su alma, hasta el punto de seguir su ejemplo de vida de pobreza y penitencia. En 1212, Clara escapó en secreto de la casa paterna para unirse a Francisco y sus seguidores, y fue acogida en la pequeña capilla de Santa Maria degli Angeli, donde el propio Francisco le cortó el pelo como símbolo de renuncia al mundo y consagración a Dios.
La fundación de la orden de las clarisas
Tras su huida, Clara se instaló inicialmente en el monasterio benedictino de San Paolo delle Abbadesse, en Bastia Umbra, y más tarde en San Damián, donde estableció su comunidad. Aquí fundó el centro de la nueva orden religiosa femenina de Clara: las "Damas Pobres de San Damián", más tarde conocidas como Clarisas. Esta orden, basada en los principios de pobreza absoluta, contemplación y clausura, estaba estrechamente vinculada al movimiento franciscano. La Regla de Clara, escrita bajo su dirección, se centra de hecho en la imitación de la vida pobre y humilde de Cristo.
Clara dedicó su vida a la oración, la penitencia y el cuidado de los enfermos. Su existencia monástica se caracteriza por una profunda devoción y un fuerte espíritu de sacrificio. A pesar de su fragilidad física, mostró una extraordinaria fortaleza de espíritu, convirtiéndose en un punto de referencia no sólo para sus hermanas, sino también para toda la comunidad de Asís.
La herencia de Santa Clara
Santa Clara murió el 11 de agosto de 1253, poco después de que el Papa Inocencio IV aprobara su Regla. Fue canonizada dos años más tarde, en 1255, por el Papa Alejandro IV, que reconoció la santidad de su vida y la importancia de su obra.
El legado de Santa Clara perdura a través de las Clarisas, su orden, que hoy está extendida por todo el mundo. La Basílica de Santa Clara en Asís, donde se conservan sus restos, es hoy uno de los principales lugares de peregrinación cristiana, un lugar donde se sigue viviendo y transmitiendo la espiritualidad franciscana. Su fiesta se celebra el 11 de agosto.
Iconografía
Santa Clara de Asís aparece a menudo representada en la iconografía cristiana con diversos símbolos y atributos que reflejan su vida y espiritualidad: el hábito franciscano, un sencillo hábito marrón o gris con un cordón blanco anudado a la cintura, que simboliza los votos de pobreza, castidad y obediencia; el velo negro que cubre su cabeza y hombros y representa su consagración a Dios y a la vida monástica. Uno de los atributos más recurrentes es el Santísimo Sacramento -a menudo se la representa sosteniendo un sagrario con la Eucaristía- o el lirio, símbolo de pureza y castidad.¿Busca iconografías de Santa Clara?
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